sábado, 31 de marzo de 2018

Pablo Remón, un tipo con gusto


Deportivas de marca, amarillas y con buena suela, pantalones vaqueros estrechitos que subrayan su notoria delgadez, jersey de cuello alto, entre marrón y burdeos, barba negra y pelo rizado, muy al estilo del teatro clásico romano. Responde a las preguntas con rapidez y precisión, ayudándose con gestos de las dos manos, que abre y cierra en el aire, y con el uso del tono adecuado que en algunos momentos llega a ser cantarín.
Me parece una persona de exquisito gusto. Por lo que ha dicho Pepa sobre su obra, que “no nos debemos perder”, y por algunas cosas que ha dicho él: 
-Vengo siempre que puedo al teatro; lo mejor del teatro es verlo, no hacerlo.
También creo que tiene exquisito gusto porque alguna vez ha sido visto de cañas en el Martin, en la Costa del Retiro, que es donde las tomó hasta el fin de sus días Antonio Gamero, faro y guía para quienes pensamos que “como fuera de casa no se está en ningún lao”. También ha sido visto en locales tan románticos como Los Torreznos de Fernán González, donde además del romanticismo consustancial al torrezno practican el de la música clásica. E incluso en locales de mi barrio como Celso y Manolo, donde profesan máximo aprecio al buen producto aunque sea imposible encontrar sitio.
Se llama Pablo Remón, acaba de cumplir cuarenta años y acaba de tener un hijo; además tiene un sobrino que “está desde pequeño obsesionado con el Titanic”. Antes de dedicarse al teatro se dedicó al cine, con el que soñaba desde niño, cuando sus padres lo metían en la cama y él, en lugar de ver las pelis, las oía...eso aviva mucho la imaginación. Desde siempre le gustaba el cine y le gustaba escribir. De esa doble afición por el espectáculo audiovisual y la palabra escrita ha llegado al teatro, donde tiene algunas frustraciones, “como todo el mundo”, pero es como quiere ser, tras ir “construyendo la narrativa” de su propia vida profesional. Dice de sí mismo que es “un poco neurótico”, aunque no tanto como su personaje. Trata sus obras como seres vivos, en permanente evolución, que al final no tiene por ser iguales a lo que el guionista soñó. Es, evidentemente, una persona feliz con lo que hace. Y es también, ya digo, un tipo con gusto.



[Retrato en directo, Pavón Teatro Kamikaze, en el programa No es un día cualquiera de RNE. 25.03.2018. Audio de entrevista y retrato:http://www.rtve.es/a/4538198/ ]

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