domingo, 1 de abril de 2018

Franco Fagioli, Cantar es volar


El retrato no lo he hecho solo. He preguntado a especialistas como Fernando Palacios y Antonio Moral, el director del CNDM, que lo han visto más de una vez en escena y me han dicho cosas como éstas:
Es muuuuuy bueno; su virtuosismo es extraordinario, su técnica vocal apabullante, excepcional, haciendo fácil lo que es ciertamente difícil; tiene una voz sedosa y extensa que abarca casi tres octavas y domina toda la coloratura, con unas agilidades muy limpias que abarcan la estratosfera, son pura pirotecnia; así como el paso al registro de pecho con unos graves sonoros y cavernosos, más propios de una voz de contralto que de un contra-tenor al uso Pero lo que mas impresiona de este singular cantante, precisa Moral, es “el uso de la mezza vocce, en arias que requieren de un gran lirismo y expresividad...”
Dicho eso, solo queda decir que es moreno, de ojos grandes y expresivos y tiene justo el pelo que necesita, por la parte de la barba. Viste camisa blanca, pantalón gris, chaqueta negra y zapatos también negros, de diseño moderno. Habla con dulzura pero acompaña las palabras con movimientos constantes no ya de las manos, que son manos de pianista, sino de todo el cuerpo, dando incluso un pequeño salto en el asiento cuando dice que “!Gracias a dios!” para tener una voz como la suya ya no hace falta castrar a nadie.
Se llama Franco Fagioli Cosío. El Fagioli le viene de Italia, de donde llego a los cerros tucumanos un padre con aficiones musicales; el Cosío le viene de Cantabria, de donde llegó también a La Argentina la afición materna por la canción lírica. Nació en San Miguel Tucumán, reside en Madrid y ha grabado el video promocional de su CD a la sombra de una encina milenaria y catalana. Piensa que “si hablar es caminar, cantar es volar”, afronta con naturalidad su oficio (“En la vida unos cantan, otros son periodistas”) y ¿como cuida la voz? “Como todo el mundo: si hace frío, te abrigas”.
Es uno de los artistas que han contribuido a que el barroco esté de moda, con gente de todas las edades llenando los auditorios cada vez que se anuncia un concierto o una opera de este género. Aunque, como nos ha dicho, “las maneras de cantar y de escuchar cambian con el tiempo”,  seguro que esta moda, que disfrutamos desde hace unos cuantos siglos, va a durar unos cuantos siglos mas. Gracias, por la parte que le toca.


[Retrato en directo, en el programa No es un día cualquiera de RNE. 31.03.2018. Audio de entrevista y retrato: http://www.rtve.es/a/4545740/ ]

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